San
Lorenzo
Enhiesta de rocas y párrafos de verde
junto al río mínimo.
Allí donde dibujan sus
miradas los changos, San Lorenzo
en las orquídeas de los
hombres ricos de esperanza
que caminan la quebrada.
En los galopes de caballos
celestes
que descubren los
manantiales.
Se posan las palabras
de un ave que domina las
voces del encanto
En guitarras de aire llano,
se figura el eco
de cada vozarrón, donde
cantores
enormes, elevan a la vida
las grietas de aquel cerro
enmascarado.
Allí donde gritan las monturas
y con cruces de sangre
se unen a las fauces del río.
Por detrás esa mística
guirnalda de sauces dorados
se cocina de memorias
ancestrales.
Y el viento se disfraza de
coraza,
mientras el corazón de un
inca
clava de puñales las batallas
acuñadas de héroes,
y desborda con tristeza la
mirada
de un criollo que detenta con
arrojo
guardamontes y se lanza
a los cielos, la tristeza se
desangra.
pues la quebrada
se puebla de emociones y
señales
de historia descarnada.
Y de ruidos infinitos.
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